lunes, 15 de diciembre de 2008

Los Ángeles, mezcla de pieles


Los Ángeles es la ciudad más grande de California y la segunda ciudad más grande de Estados Unidos. Está ubicada en la costa sur de California a unas 75 millas (120 km) al norte de la frontera con Méjico y 400 millas (600km) al sur de San Francisco.

El nombre original de la ciudad fue "El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles", pero fue acortado por razones obvias. Está constituida por muchas comunidades interconectadas. Para poder viajar por estos barrios tan esparcidos, la ciudad de Los Ángeles ha creado un magnífico sistema de calles anchas y avenidas que incluyen autopistas de 10 - 14 carriles. Esto le permitirá viajar rápidamente por el enorme complejo metropolitano la mayoría de las veces.

Trate de evitar viajar por las autopistas de 7 a 9 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde, cuando millones de autos hacen el viaje de ida y vuelta al trabajo y llenan las autopistas. La contaminación producida por estos millones de coches combinada con el aire húmedo del Océano Pacífico forman una neblina sucia y gris que se conoce como el Humo de Los Ángeles.

A diferencia de la mayoría de las ciudades, Los Ángeles no tiene un centro urbano definido. Es una colección de comunidades distintas unidas por una compleja red de rutas y autopistas. Cada comunidad ofrece una personalidad diferente y particular. Entre todas constituyen el enorme complejo metropolitano de Los Ángeles. Sobre las costas del Pacífico hay varias comunidades residenciales de playa de alta categoría, entre ellas mencionaremos Malibú, Santa Mónica, Marina Del Rey y Palos Verde.

La Playa Venecia, por el otro lado, es famosa por sus jovencitas que se pasean en bikinis y patines, sus hombres musculosos haciendo pesas y toda clase de personajes un poco raros. Long Beach es un puerto de mar en crecimiento con un distrito comercial vibrante y pozos petrolíferos. La playa Laguna tiene una gran comunidad de artistas.

Hollywood es el lugar histórico donde se establecieron los antiguos estudios cinematográficos y en Beverly Hills todavía viven las estrellas de cine. Aquí podrá andar en coche por el extremo oeste de la histórica ruta 66 por el Boulevard Santa Mónica. También puede recorrer a pie el famoso Boulevard Hollywood y la Calle Sunset Strip.

En la comunidad vecina de Burbank podrá visitar muchos estudios modernos de cine y televisión. En Anaheim podrá ver el parque de diversiones original, Disneylandia, y la Granja Knott´s Berry.

El centro es ciertamente un distrito comercial, pero no es el centro urbano de la ciudad, ya que compite con muchas otros barrios de los alrededores. Cerca del centro están los barrios étnicos con importantes poblaciones asiáticas, estos barrios son conocidos como Korea Town, China Town y Japan Town.

Pero si algo está claro, es que será mejor ver algunas imágenes de esta impresionante ciudad, si aún no han decidido a ir hasta allí.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pontevedra, rústica y emotiva

DIEGO ROVÉS / Pontevedra

Pontevedra es una de las 4 capitales gallegas, con casi 80.000 habitantes y tal vez es la que tiene el casco histórico más bonito o cuanto menos más reconocido histórica y culturalmente.
Tiene la suerte de ser una ciudad abierta al mar y cruce de caminos.
Es por ello que cualquier artículo de visitas recomendables o de que ver en Pontevedra con poco tiempo, pongamos 1 día completo debe comenzar por:

1.- Casco histórico de Pontevedra lleno de casas nobles blasonadas, soportales y plazas. Visitas obligadas son todas las plazas que señalamos en el punto 4, pero ahora y por resaltar lo más importante citamos la Plaza de la Estrella y los Jardines de Casto San Pedro que son el principal centro de ocio y reunión de los pontevedreses, el corazón de la ciudad al lado de la Iglesia de la Peregrina. Más ruta por el casco histórico de Pontevedra.

2.- Edificios religiosos, destacando en primer lugar el Santuario de la Virgen de la Peregrina patrona de la ciudad, la Basílica de Santa María la Mayor con su fachada plateresca que es monumento nacional, el Convento de Santa Clara del siglo XVI, la iglesia de San Francisco

3.- Las ruínas de Santo Domingo también monumento nacional del cual se conserva la cabecera de la iglesia.

4.- Las plazas del casco histórico merecen por si solas un apartado especial ya que todas son especiales y atractivas al visitante tanto por su animación como por su cuidado aspecto. La Plaza de la Leña con un bonito crucero y donde se encuentra el Museo de Pontevedra, Plaza de la Verdura, Plaza de Mendez Nuñez, Plaza de la Herrería, Plaza da Pedreria donde se encuentra el Pazo de Mugartegui donde se encuentra el consejo regulador del Vino con denominación de origen Rías Baixas, Plaza de las Cinco Calles, Plaza de España donde está el ayuntamiento y las ruínas de Santo Domingo junto con la Alameda.

Más plazas en Pontevedra

5.- Visitas culturales, principalmente el Museo de Pontevedra y el Teatro principal. Más moderno su palacio de Congresos y Exposiciones con el Auditorio. Aquí si os gusta podemos incluir la visita a la Plaza de Toros.

6.- Parques y zonas verdes: Parque Rosalía, Isla de las Esculturas.

7.- Puentes: Ponte do Burgo de origen romana. Podeis dar un pequeno paseo a orillas del río Lerez entre los 2 puentes O Burgo y el Puente da Barca. Puentes en Pontevedra

Para comer sin dudarlo os recomiendo las terrazas de bares y restaurantes de la plaza de la Herrería y la Plaza de la Estrella. También bares de tapeo y vinos en la Plaza de la Verdura. Es recomendable si visitas Pontevedra comer de pinchos en la zona vieja del casco histórico ya que es uno de los atractivos de la ciudad.

El mejor mes para visitar Pontevedra es julio. Si su visita coincide con la fecha, aprovechen a disfrutar el día 11 con la Fiesta de San Benitiño de Lerez. En julio también tiene lugar el Festival Internacioal de Jazz y en agosto las Fiestas de la ciudad las Fiestas de la Peregrina.

Para comprobar todo lo dicho en este artículo, lo mejor es visionar este video donde podrán ver esta preciosa ciudad desde el aire:

miércoles, 19 de noviembre de 2008

'Sevilla de Compras' impulsará el turismo comercial



El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Consorcio ‘Turismo de Sevilla', y la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Sevilla, han presentado el nuevo producto ‘Sevilla de compras' para la promoción de la ciudad como destino turístico de compras.

Esta nueva oferta turística, que arranca en Navidad y con miras a un desarrollo durante todo 2009, ofrecerá al visitante atenciones preferentes en tiendas (descuentos-regalos y/o envío de las compras al hotel) y tratamiento VIP en las compras.

Gracias a esta iniciativa, los turistas conocerán las principales zonas comerciales de la capital andaluza a través de la revista 'Sevilla de compras', que será distribuida en toda la oferta hotelera y establecimientos adheridos a este producto, en las Oficinas de Turismo de Sevilla, en las Oficinas de Turespaña y en la web del Consorcio.

Este producto turístico se difundirá además a más de 2.500 touroperadores nacionales e internacionales, que trabajan el destino España y el destino turístico de compras.

Sevilla debe ofrecer un perfil como destino turístico actualizado y para ello deben crearse nuevos productos que promuevan la presencia de la ciudad hispalense en el mercado turístico. Por ello ha nacido ‘Sevilla de compras' que buscará el incremento de las pernoctaciones en la ciudad por el turismo de compras y la captación de mercados emergentes.

Este nuevo producto turístico arranca esta Navidad de forma conjunta con la Cámara de Comercio y consiste en paquetes turísticos que ofertan hoteles y comercios con un tratamiento VIP en las compras.

Se realizarán presentaciones para agentes de viajes, receptivos y mayoristas, prensa nacional especializada en turismo y prensa internacional. Además, se organizarán varios viajes de familiarización nacionales e internacionales, estando orientado algunos de ellos a agentes de viajes japoneses. Sevilla seguirá así la tendencia de ciudades como París, Londres, Nueva York y Roma, que se han consolidado como destinos turísticos de compras.

martes, 11 de noviembre de 2008

Del norte de España al norte de Europa: Copenhague



DIEGO ROVÉS / Madrid

La capital de Dinamarca no es una gran ciudad con millones de habitantes, atascos de tráfico y grandes edificios; todo está pensado a la medida del ser humano, incluso el monumento más conocido de Copenhague, la estatua de la Sirenita, no es de grandes dimensiones. País marinero si los hay, el corazoncito de Copenhague es el puerto de Nyhavn, antiguo refugio de marinos y pescadores, es hoy el centro de la modernidad y la vida nocturna. Y más tipismo, el cambio de guardia en Amalienborg, la residencia real, en la que el protocolo es algo sagrado.

Copenhague es mezcla. El color es la nota dominante de Christianhavn, el encantador barrio inspirado en los de la ciudad de Ámsterdam, canales incluidos, con sus casas pintadas de colores brillantes, aunque hay barrios diferentes, como Kongens Nytorv, el más elegante de toda la ciudad, donde se localizan casi todas las embajadas, con sus antiguos palacios reconvertidos en hoteles, delegaciones diplomáticas y las mejores tiendas. Y si viajamos a Copenhague hay que hacer una visita a Tívoli, uno de los parques de atracciones más antiguos y bonitos del mundo, pulmón de la ciudad y rincón favorito de los daneses, incluido Andersen que buscó inspiración entre sus jardines.

Importante es visitar la Plaza Amalienborg (Amalienborg Plads), de forma octogonal, formada por palacios rococós tiene en su centro la estatua ecuestre, de estilo neoclásico, de Federico V. En la plaza siempre que se encuentre la reina en el Palacio se realiza diariamente un cambio de guardia. Este cambio de guardia comienza a las 11:30 de la mañana en el castillo de Rosenborg y finaliza en esta plaza sobre las 12 de la mañana.

No se olviden de visitar los Jardines Botánicos. Estos jardines originalmente creados en 1871 poseen unos 15.000 árboles emplazados en 10 hectáreas. Para las plantas de otros climas distintos al danés existen invernaderos de estilo victoriano.

También les recomendamos entrar en el Palacio Christianborg. El origen de este palacio es de un castillo del siglo XII construido por el obispo Absalón. Este castillo se construyó en un sitio estratégico, en concreto en la isla de Slotsholmen. Para acceder a la isla existen ocho puentes. En la actualidad junto al palacio se encuentra varios edificios del gobierno como por ejemplo el Parlamento Nacional (Folketing) y el Tribunal Supremo entre otros. Podrán visitar cada uno de ellos de forma separada.

No se ilusionen demasiado con ver la escultura de la sirenita, ya que por lo general defrauda a la gente por su tamaño, más pequeño de lo esperado. Pese a ello, es todo un símbolo de Copenhague. Se encuentra sobre una roca en los muelles de la ciudad. La escultura esta basada en un cuento de Hans Christian Andersen y fue realizada por el escultor Edgard Eriksen. Su creación fue financiada por Carl Jacobsen, dueño de las cervecerias Carlsberg, en 1913. Está realizada en bronce y ha sufrido en los últimos años varios actos vandálicos que quedan patentes en varias postales que podremos ver en tiendas de souvernirs. Para llegar a ella deberemos andar unos 500 metros al norte desde la Plaza Amalienborg.

Como una imagen vale más que mil palabras, disfruten de este video sobre Copenhague:

lunes, 3 de noviembre de 2008

Gijón es arte para el público

DIEGO ROVÉS / Gijón
El impetuoso mar Cantábrico que abraza la ciudad de Gijón ha marcado su historia a lo largo de más de 5000 años. Mar de la Ruta de la Plata, Gijón conserva vivo su pasado romano a través de las intervenciones realizadas en el Parque arqueológico de la Campa de Torres, uno de los principales poblados fortificados del norte de España (anterior al 490 a.C.) y, sobre todo, en el recuperado complejo termal de Campo Valdés, edificio público que data de finales del s. I. d.C.

La progresiva modernización de la población y las excelentes condiciones naturales de la misma han hecho de Gijón una ciudad que, con un potente sector servicios y una buena oferta cultural y deportiva, atrae un creciente número de visitantes. Gijón se esfuerza en estos comienzos de siglo en conservar su remoto pasado histórico y mostrarlo como ejemplo de su excelencia turística.

En el barrio de Cimadevilla se concentran un buen número de los monumentos locales como el Palacio de Revillagigedo, la Colegiata de San Juan Bautista y las capillas de La Soledad y Los Remedios. Al lado está última se encuentra la Casa Natal de Jovellanos, un palacio típicamente asturiano del siglo XV y actual Museo de Gijón. En la parta más alta de Cimadevilla y cara al mar Cantábrico podemos ver la monumental obra escultórica Elogio del Horizonte, levantada allí por el artista Eduardo Chillida en el año 1990.

En el ensanche gijonés nos salen al encuentro edificios tan notables como el Instituto Jovellanos, hoy centro de múltiples actividades culturales, pero también numerosos ejemplos de arquitectura modernista de comienzos del siglo XX y del racionalismo que en Gijón dejó obras muy notables. En las afueras de la población es obligado visitar pequeñas iglesias románicas como las de San Andrés de Ceares y San Juan de Fano, palacios como el de San Andrés de Cornellana (convertido en Albergue Juvenil) o en Somió el asombroso Palacio de los Bauer, de estilo modernista.

Gijón se ha convertido en los últimos años en un museo al aire libre creando una nueva relación entre arte y territorio. Desde finales del siglo XIX, las calles y parques de Gijón han albergado manifestaciones escultóricas que a partir de la década de los 80 del siglo XX han sufrido una renovación, caracterizada por nuevos lenguajes plásticos y materiales que acercan el arte público a los ciudadanos.

Si el visitante desea perderse por sus calles, Turismo de Gijón ofrece determinadas rutas por la ciudad, dependiendo de la zona que desée descubrir: el Gijón Ilustrado, Cimadevilla, Esculturas, Modernismo, el Románico gijonés y el Gijón industrial. Si van a acercarse en breve, no dejen de mirar este tríptico de visitas guiadas por la ciudad.

Fuera de la mera belleza urbana de este lugar, el turista puede perderse en la gran cantidad de sidrerías que hay repartidas tanto en el casco moderno, como en el antiguo, como en las afueras. Parques y zonas ajardinadas, el mar, el puerto deportivo, largas calles peatonales y una cocina rica en sabores del norte le esperan en Gijón. ¡No se olviden de escribirnos desde allí!

Lo mejor de Gijón, en video:

miércoles, 29 de octubre de 2008

Segovia, vista con el corazón

DIEGO ROVÉS / Segovia

Segovia es una ciudad que hay que visitar con el corazón abierto. Abierto para observar el empedrado de sus calles, para disfrutar de la arquitectura de su centro histórico, para pasear por los jardines y el interior del Alcázar, para descubrir el pasado de Antonio Machado en su casa museo, para rendir culto a su preciosa catedral y para alimentar la vista con la magnitud del acueducto.

La apariencia del centro histórico de Segovia es digno de ver y de caminar. Cada una de sus calles es un placer para el paseo. Un aspecto bucólico que invita a parejas de enamorados a esconderse en cada rincón. Segovia incita a perderse por sus callejuelas, sin que el visitante sea dónde va a ir a parar.

Su catedral, Santa María, es conocida como la "Dama de las Catedrales", por la magnitud de su construcción y su elegancia. Sus fachadas y sus pináculos sorprenden al turista y hacen un efecto llamada al que es imposible resistirse. Con una mezcla de gótico y renacentista, con puntos barrocos,Trotamundos recomienda pararse unos instantes a contemplar las numerosas capillas que se encierran dentro del templo. Y, si el turista tiene suerte como servidor, puede disfrutar del momento en el que una novia, vestida de blanco, hace entrada triunfal a la catedral.

Obligada es la visita a los jardines y al interior del Alcázar, un edificio que pasó de ser fortaleza de la ciudad, a Palacio Real y, posteriormente, a colegio. Su decoración interior no es original de la construcción, pero sí de la época. Eso sí, de los pocos elementos ornamentales que quedan del Alcázar real, lo más destacable son sus techos, de detalle muy preciso. El guía se encargará de contar a la perfección la historia del Alcázar y de los que en él habitaron. Si usted es como yo, adorará la sala de los Reyes, donde sobre los frisos están esculpidos los reyes de Castilla y Asturias, por orden cronológico. Lo malo, lo de todos los palacios de este estilo, que sólo enseñan un 25% de las estancias de la construcción.

El poeta y dramaturgo Antonio Machado pasó en Segovia gran parte de su vida, en una pensión del centro histórico que ahora es la Casa Museo de Antonio Machado. Allí elaboró su obra teatral. Al contrario que el Alcázar, todos los detalles de esta casa son absolutamente reales. La antigua pensión permanece en su estado original, ya que su dueña murió hace escasos años. Cuando el visitante pase a la cocina, comprobará el olor del carbón aún vivo. Da la sensación de que aún hay vida en cada rincón de esa casa, en cada pasillo y en cada habitación. Si el visitante es humano, sentirá como se le encoge el corazón al leer las cartas del poeta a su amada, Guiomar, o al contemplar el dormitorio donde Machado redactó tantas páginas de sus libros. Un dormitorio que, también, se conserva tal cual.

En una de las principales plazas de la ciudad se erige el majestuoso acueducto. Allí, el turista podrá disfrutar de un café en alguna de las muchas cafeterías, a los pies de la construcción. Es de destacar que esta construcción es de origen romano. Los romanos, para levantarlo, no siguieron ninguna estructura, simple intuición, colocando piedra sobre piedra con su característica precisión. En este lugar es habitual encontrarse a las gentes segovianas paseando, entre tanto turista europeo.

Los precios en Segovia para comer o para tomar un vino no son elevados. No se confunda el turista, lo pueden ser si lo buscan. No hace falta comer en el restaurante Cándido para disfrutar plenamente de la gastronomía segoviana y castellana, sino que existen rincones más asequibles, con menús diarios de distintos precios, según su profundidad en la cultura castellana.

Segovia encantará a cada visitante, a cada persona que pise por primera vez sus calles. Eso sí, Trotamundos les aconseja que no pasen allí más de unos pocos días. Lamentablemente su oferta cultural termina aquí. Si lo que quiere es descansar, es la ciudad perfecta. Si lo que quiere es divertirse, tres días es el máximo recomendado.



lunes, 20 de octubre de 2008

Malaca, la ciudad colorista de Malasia


DIEGO ROVÉS / Madrid

Como casi todas las ciudades coloniales Malaca ha adquirido con el paso de siglos y culturas diferentes una refrescante armonía en lo diverso. Pero, a diferencia de cualquier otra, esta sorprendente ciudad de la costa oeste de Malasia no ha perdido ni uno solo de los colores de su historia.

Si bien es verdad que el período de colonización portugués no fue demasiado largo -apenas siglo y medio desde 1511 hasta que les fue arrebatada por los holandeses- y los restos arquitectónicos de la época muy escasos, el país luso dejó una gran huella en Malaca.

Tanto es así que algunos de sus habitantes aún hablan con orgullo el kristang, una lengua criolla mezcla de portugués arcaico y malayo.

Los nostálgicos pueden acercarse al Medan Portugis, un barrio costero de las afueras donde residen los descendientes de los colonos portugueses.

La arquitectura del barrio recuerda vagamente a la del país europeo y algunos restaurantes ofrecen especialidades de bacalao a la moda de Lisboa.

El lugar no tiene mucho de interés; pero es cierto que al asomarse a sus aguas tranquilas parece adivinarse por un momento el sonido lejano de un fado.

Nostalgias aparte, Malaca es actualmente una ciudad que vive del turismo. Y su calle Jonkers (ahora llamada Jalan Hang Jebat) es, sin duda, la más famosa de todas. Como corresponde a su origen, muestra todavía edificios antiguos con sabor holandés y los domingos se celebra aquí un mercadillo.

Chinatown, el barrio chino, también es un buen lugar para callejear en busca de artículos curiosos, como linternas doradas y rojas, ungüentos ceremoniales, o las multicolores zapatillas bordadas, tradicionales de las mujeres chinas.

Si la jornada se alarga, en una de sus calles más concurridas, Tun Tan Cheng Lock, el restaurante Peranakan ofrece especialidades baba-nonya en un local que merece la pena visitar sin prisas sólo por esperar mesa en su espectacular vestíbulo, con cama de opio incluida.

Un poco más adelante, en la otra acera, un edificio del siglo XIX alberga todo un Museo del Patrimonio Baba-nonya. Conocidos también como peranakan (literalmente ‘media casta' en malayo), forman una comunidad única de Malaca.

Descendientes de chinos (baba) que llegaron desde el siglo XVI y se casaron con mujeres malayas (nonya), conservan una fascinante mezcla de tradiciones y culturas, entre las que se incluye un dialecto propio.

Pero lo más interesante de Chinatown son sus templos. El más antiguo del país, el de Cheng Hoon Teng, sorprende por el colorido de sus tallas y las ofrendas de incienso y frutas a los seres queridos que ya no están; y uno se siente enseguida imbuido del ambiente general de respeto y veneración.

Callejeando despacio, el viajero disfruta de los detalles, que en la arquitectura del barrio chino son abundantes.

Tejados con remates imposibles, dragones pintados en molduras de yeso, mosaicos de azulejos y fachadas con sus características contraventanas de colores.

Dicen que el nombre de Malaca se debe a un príncipe hindú, que le dio a la villa el mismo nombre que a un árbol que abundaba en la zona. Lo cierto es que aquel pequeño puerto pesquero se convirtió en 1400 en la capital del primer sultanato malayo. La mezcla de culturas arranca precisamente de esa época.

Hoy su imagen en mármol recibe a los turistas que se acercan a visitarla y a contemplar la vista impresionante de la ciudad. Pero el mar está ahora un poco más lejos. Durante la última década del siglo XX se le ganaron terrenos para la nueva ciudad en expansión. Una nueva Malaca que se adivina también dibujada de colores.

domingo, 12 de octubre de 2008

Un hotel urbano, alternativa del sol y playa en Palma


DIEGO ROVÉS / Palma de Mallorca

Cuando el turista piensa en la isla de Mallorca, en el archipiélago español de las Baleares, es lógico que la primera imagen que le venga a la cabeza es la de una playa con sus consiguientes hamacas y hoteles a pocos metros. Sin embargo, hace ya tiempo que la isla intenta explotar el lado más cultural de su capital, Palma de Mallorca.

Son cada vez más los turistas que se acercan a la ciudad para pasar unos días y disfrutar de su arquitectura característica y sus monumentos, así como de la fantástica vista del puerto. Rotos y Descosidos ha encontrado un hotel urbano para los visitantes que busquen tranquilidad y buena situación.

Araxa, construido en 1953, está ubicado en una zona residencial, a escasas manzanas al sur de la zona del Poble Espanyol. Es una zona tranquila, repleta de casas unifamiliares y edificios de gran originalidad, sin apenas ruido de tráfico.

Para entrar al edificio, el huésped atraviesa el jardín, verde intenso, con numerosas palmeras y plantas que incrementan esa sensación de tranquilidad nada más llegar, una sensación de sosiego que crece aún más con el cantar de los pájaros y el sonido del agua de un pequeño estanque.

Es aquí donde podremos disfrutar del sol palmesano en una de sus 26 hamacas que rodean la piscina mientras tomamos una bebida del bar exterior.

La vista del visitante chocará con la fachada de Araxa, de estilo decadente, que le guiará hacia la puerta de entrada. A partir de esta puerta es donde reside el verdadero encanto del hotel, una exquisita elección de la decoración y la disposición del mobiliario, de estilo casi rústico.

Es en esta planta baja donde podremos entretenernos tomando algo en el bar de Araxa, en el que nos ofrecen todo tipo de bebidas entre las ocho de la mañana y las doce de la noche. Además, el bar tiene un servicio de snacks fríos y calientes hasta las once de la noche, un dato importante si tenemos en cuenta que es posible que no lleguemos a tiempo para el horario de comedor.

A través de una puerta podremos acceder al restaurante, donde desde las mesas del recinto, al igual que en el bar, el comensal podrá disfrutar de la apacible vista del jardín gracias a las continuas cristaleras que separan ambos espacios.

Las paredes están parcialmente adornadas con cuadros, grabados y azulejos dedicados a la tauromaquia y es de comentar la perfecta iluminación del local, debido a las lámparas que cuelgan del techo que constituyen grandes globos de luz blanca.

Para comer aquí, el cliente puede elegir entre un menú del día o la carta. El menú cuesta 15 euros, y Araxa nos ofrece un primer plato, a elegir entre tres, un segundo, a elegir entre otros tres, y el postre.

En cuanto a la carta, formada por platos de entre los 7 y los 20 euros, destacan las originales ensaladas y la comida típica de la zona, ésta última con reserva anticipada. Recomendamos en primer lugar el foie de pato al Armagnac, con un estupendo sabor y de textura firme.

La comodidad es un rasgo presente en todos los rincones del Hotel Araxa, y no iba a ser menos en las habitaciones, 72 en total, 51 dobles y 21 individuales, donde la dirección del hotel busca el mayor confort exigible, de modo que el cliente pueda llegar a sentirse como en su propio hogar.

Por ello, tanto el espacioso armario, como las sencillas mesitas de noche y el espejo y escritorio no son nada del otro mundo, aunque la línea estilística que siguen sea deliciosa a la vista. Aquí volveremos a ver la confianza que depositan en la madera como material base, tanto en el mobiliario como en el parquet del suelo, de un color caoba cálido.

Perfectamente combinado con estos colores base, el cliente encontrará la ropa de cama y las cortinas, que ayudan a rematar la gama cromática predominante en el establecimiento.

Es curiosa la presencia de una lámpara de pie en la propia terraza, justificada por la relajación que el cliente podrá experimentar al estar sentado en las confortables sillas de mimbre durante las suaves noches palmesanas. Eso sí, también tendrá que tener cuidado con las curiosas miradas de los vecinos que habitan el edificio de enfrente.

El establecimiento está orientado sobretodo a un público ejecutivo, clientes de empresa, por lo que ofrece entre sus servicios tres salas de reuniones, en ocasiones utilizadas para celebraciones privadas.

Dos de ellas, las grandes, miden 95 metros cuadrados aproximadamente, y están dotadas de todo tipo de comodidades, tales como proyectores, conexión a Internet, aire acondicionado y barra de bar. En el semisótano del hotel está ubicada la tercera sala, de 50 metros cuadrados, que cuenta con conexión a Internet, teléfono y aire acondicionado.

Hace ya algún tiempo que la dirección del hotel decidió ofertar un servicio añadido para este tipo de clientes, un spa. Y es que en el sótano del hotel el visitante podrá encontrar un pequeño gimnasio con todo tipo de maquinaria dedicada al culto al cuerpo.

Y es que es este rincón uno de los que más llama la atención, debido a lo espacioso y estiloso. Las paredes están en parte revestidas con pequeños y elegantes azulejos negros, que contrastan con el blanco de la parte restante de las mismas paredes y de los sanitarios.

La suma de todos estos párrafos no hace otra cosa más que recordar que para encontrar un rincón encantador en el que descansar satisfactoriamente no hace falta irse a parajes lejanos ni pagar la salvajada del siglo. El Hotel Araxa es uno de ellos, y Rotos y Descosidos estuvo allí.